Valor Soria


Llega el otoño y con la campaña prenavideña, viene la campaña electoral. EE UU, Catalunya, Brasil y otros muchos lugares. Ya se sabe… atemos cabos antes del final del año.
Cada país tiene su propio sistema, con sus pros y sus contras, porque no se ha creado todavía un sistema electoral perfecto, pero dentro de la imperfección hay mejoras que se pueden hacer si se quiere, aunque estas mejoras no siempre son deseadas por el Gobierno de turno.
Nuestro sistema electoral español, que también es el reflejo para los sistemas electorales autonómicos, tiene una serie de imperfecciones que no son, desde luego, gratuitas.
Utilizamos una fórmula de reparto, la fórmula d’Hondt, que beneficia a los partidos mayoritarios, pero como es proporcional, no perjudica a los minoritarios. El problema de nuestro sistema, por lo tanto, no es el reparto de escaños en una circunscripción, sino que en España utilizamos la diminuta y desigual provincia como circunscripción donde escogemos a nuestros diputados.
Veamos: en España tenemos 50 provincias y 2 ciudades autónomas. Como decimos, por cada provincia repartimos un número “x” de escaños. ¿Son justos los números asignados de escaños en las distintas provincias? ¡Ni de escoña!
Las provincias más pobladas tienen más escaños, pero no son los suficientes con respecto a aquellas otras más despobladas. Ejemplo: Madrid tiene 35 escaños, Barcelona 31. En cambio, Soria tiene 2.
Si Soria (95.000 habitantes) fuese el reflejo para asignar los escaños de Madrid (6.400.000 habitantes), la capital española pasaría de los actuales 35 a 134 escaños. Casi nada.
Soria, Teruel, Segovia, Palencia, y la mayoría de las provincias más despobladas están sobrerrepresentadas con escaños frente a las provincias más urbanas.
Retomemos el caso soriano. Esta es la provincia donde el voto tiene más peso. Un escaño se conseguiría con tan sólo 47.000 votos (frente a los 182.000 votos necesarios para un escaño madrileño). Entonces, podemos hablar del valor Soria, que es el peso que tiene esta provincia electoralmente.
Soria equivale a 1 Soria. Teruel equivale a 1,03 Sorias. Albacete equivale a 2,11 Sorias. Pontevedra a 2,88. Vizcaya a 3,03. Barcelona a 3,72 ó Madrid a 3,84 Sorias.
No es justo y no es justo por el argumento que dan los creadores del sistema. Sencillamente, nos explicaron, es que estas provincias no urbanas tienen un déficit de estructuras y de servicios y darles más peso político es un guiño justiciero.
No es de extrañar que el sistema hecho en la década de los 70’s fuese creado por UCD y que el centro derecha de UCD hubiese cosechado siempre más votos en las zonas rurales, frente a los cinturones industriales urbanos que solían votar a los partidos más de izquierda.
El sistema se debería modificar y tendríamos que desechar la circunscripción provincial como reseña posfranquista y utilizar una circunscripción nacional, estatal y única. O sino que se lo digan a IU o a UPyD, que aunque sean votados en todas las provincias únicamente cuentan los votos de la –ya de por sí- infravalorada provincia de Madrid.
Democratizar el voto y rizar el rizo. Únicamente de esa manera conseguiremos que el sufragio tenga el mismo poder, y el ciudadano la misma voz sea éste de una parroquia campestre de Soria o de un edificio de colmenas del extrarradio.

2 comentarios:

Manu dijo...

Suscribo hasta la última coma.
Y añado que me cago en la puta circunscripción municipal. He dicho.

Manu dijo...

Perdón, quería decir que me cago en la puta circunscripción provincial.
Solo faltaba ya que fuera municipal...