Paz global: sonríe porque las guerras se van a acabar


En la II Guerra Mundial murieron 61 millones de personas y el 73% de las bajas fueron civiles. Desde entonces y tras medio siglo, las guerras, las muertes de guerra e incluso el gasto militar ha descendido proporcionalmente, lo cual nos lleva irremediablemente a un mundo más pacífico.
Actualmente el gasto militar en la mayoría de los grandes países se sitúa bajo el 4% del PIB. Sencillamente, si no hay guerra, el Estado tiene que gastar en las otras demandas y necesidades de la población. Es simple.
Desde el fin de la Guerra Fría el gasto militar en los países occidentales descendió estrepitosamente, hasta la Guerra de Irak, que como todos sabemos, implicó una partida presupuestaria inmensa, con la que nuestros amigos de la Administración Bush no contaban.
Cuantitativa y cualitativamente las guerras se están borrando. Las sigue habiendo, y siguen siendo el mayor de los males de nuestro planeta, la mayor de las vergüenzas, una patada de rabia en la boca del estómago, pero son cada vez menos y menos, y los señores de la guerra intentan que sean “menores”.
Desde las dos últimas décadas las guerras se viven en directo. Siempre hay un cámara que reporta desde la trinchera. Cuanto más implicados estén los países occidentales, más posibilidades de crítica hay desde la opinión pública, y, por ende, la guerra ahora ha de ser no sólo televisada, sino humana, rápida y libertadora.
Televisada… todos nos habíamos acostumbrado a comer o cenar con las imágenes de la guerra.
Humana gracias a la tecnología, esto es, evitando el mayor número de bajas militares y eliminando las bajas civiles (o intentándolo). La guerra ya no es cuerpo-a-cuerpo, sino satelizada y dirigida hacia objetivos militares. Los bombardeos ya no son contra la población civil, y ahora sí que se avisa con octavillas… Los civiles ya no son enemigos, sino amigos, y nuestros soldados son profesionales, con lo que, que mueran, es un coste evitable y si mueren civiles es un suicidio político. Recordad, lo están grabando todo.
Ha de ser rápida; cuanto más larga, más cara y menos humana. También ahora es libertadora, y tras la guerra, si ganan los “aliados” eso sí, es por el bien de todo un pueblo.
Todo esto suena contradictorio, ¿verdad? Claro que lo es, y es por ello que las guerras se están acabando por sí solas.
En la actualidad, ya no se invaden países, aunque hasta hace una década era normal. No obstante, no podemos obviar los casos de Irak, Afganistán y el conflicto palestino-israelí. En el caso iraquí fue una guerra ilegal; en el afgano, una guerra respaldada por la ONU; y en el caso de Palestina, sería el único en la actualidad que se correspondería con el viejo modelo del país grande se come al pequeño.
Hay guerra civil en Somalia, Sudán, Chad y Pakistán. Nos encontramos con movimientos insurgentes en el Cáucaso de Rusia, India, Filipinas, Cachemira, Magreb, Pakistán, Yemen, Tailandia y Kurdistán. Y se habla de “narcoguerra” en Colombia y México.
¿Parece mucho? No lo parece: ¡Lo es! Pero estos 18 conflictos actuales que acabamos de nombrar son extremamente mucho menos de cómo estaba el planeta en los 90s y más atrás. En aquel entonces había guerras en los cinco continentes: Europa del Este, América Latina, el Sudeste Asiático, Oriente Medio y Todo el continente africano morían de Guerra.
Antes la guerra era buena, la gente la apoyaba, era una bendición, vendíamos armas a todo el mundo y nos armábamos hasta los dientes por si nos atacaban. Hoy nadie ataca. Hoy firmamos tratados para reducir las armas. Hoy todo el mundo odia la guerra.
Recordemos que por motivo de la Guerra de Irak todo el planeta se había movilizado, desde Nueva York hasta Seúl. Hoy sabemos una vez más que había sido un error, lo cual es bueno.
Los ejércitos podrán vigilar únicamente los conflictos globales latentes que seguirán existiendo, pero Nunca Más una guerra en mi nombre ni en nombre de mi país.
Así pues, ahora que todo lo ves, que todo lo votas, que todo lo pagas, que todo lo lloras, que todo lo gritas, sonríe porque las guerras se van a acabar.

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